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Creador, Director del Blog: Carmelo Antonio Trujillo Gonzalez. Colaboradores, Alejandro y Cristina

jueves, 24 de enero de 2013

Historia Hermandad Ntro. Padre Jesús Nazareno Calzada de Calatrava

Esta cofradía tuvo su origen en el siglo XVII, en plena efervescencia de la Semana Santa barroca. De este modo, cuenta con una prolongada vida desde su creación hasta nuestros días, a pesar de haber pasado por no pocas vicisitudes.
Desde el año 1.672, aunque es casi seguro que ya lo hiciera con anterioridad, esta hermandad procesionaba el Viernes Santo en acto único de función y procesión, hecho que se prolongó en el tiempo.
El día 8 de enero del año 1.843 se reúnen una serie de hermanos para la reforma de la cofradía y la elaboración de nuevos estatutos. En el año 1.846 se decide rescatar la procesión del Santo Entierro con toda la solemnidad que el acto requiere. Para ello es cedida la imagen por parte de la Hermandad del Santísimo Cristo Salvador del Mundo procesionando a partir de ese año el Viernes Santo por la tarde con la cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno.
Sabemos que en el año 1.847 procesiona con esta hermandad la Virgen de la Soledad, aunque no es descartable que viniera procesionando desde su fundación de manera compartida con la hermandad titular, pues sabemos que en el año 1.765 se compra el atuendo sacarla en procesión.
No será hasta el año 1.856 cuando la cofradía adquiera en Madrid la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores para acompañar en la función del Descendimiento, que consistía en un acto en el que se descendía a Cristo crucificado para ponerlo en actitud yacente que, una vez dentro del Sepulcro, formaba parte del cortejo procesional del Viernes Santo por la tarde en la comitiva del Santo Entierro. Tras la nueva adquisición, la imagen de Ntra. Sra. de la Soledad dejará de procesionar con esta cofradía.
Otras imágenes con las que procesiona desde el siglo XIX, o quizás con anterioridad, son las de San Juan y la Verónica que continuarán saliendo a la calle hasta nuestros días.
Tras la Guerra Civil la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno ha venido procesionando los siguientes días:
En la mañana del Domingo de Ramos portando el paso del Borriquillo.
En la medianoche del Miércoles Santo, en la procesión del Silencio acompañando a la imagen de Jesús Cautivo.
Viernes Santo. A las 6,15 h.,de la mañana solemne procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno al que le acompañan paulatinamente San Juan, Verónica y Virgen de los Dolores. Por la tarde, a las 18,30 h., procesión del Santo Entierro con los siguientes pasos: Cristo Crucificado, Descendimiento, Piedad, Santo Sepulcro y Virgen de los Dolores.
Domingo de Resurrección, acompañados por los Armaos procesionan con el Cristo Resucitado.
Insignias:
El atuendo nazareno está compuesto por túnica y capillo de tela morada con cíngulo portado al cuello y anudado a la cintura. En sus comienzos, la túnica debió ser muy austera, hechas a base de estambre y soga, hasta llegar los momentos actuales en los que se realiza en telas más lujosas como el terciopelo y el cordón de sea y oro. Por el color de su túnica morada, a esta cofradía se le conoce popularmente con el nombre de los negrillos.
Sobre sus hombros llevan una cruz de madera que hasta no hace demasiado tiempo la portaban en las procesiones de mañana y tarde, reduciéndose en la actualidad a sólo la procesión de la mañana del Viernes Santo exclusivamente.
Los hermanos que ocupaban un puesto dentro de cierta relevancia dentro de la cofradía portaban un cetro como distintivo de su cargo. En la actualidad, conservamos dos tipos, uno más primitivo consta de vara y coronamiento formado por una granada entreabierta, en la cual está grabado el anagrama J.H.S., rematado por una piña. Ambos frutos tienen un significado microcósmico debido al perfecto ordenamiento de su fruto, símil de la Iglesia. El sentido de fecundidad de ambos frutos está relacionado con la Iglesia Triunfante y, a su vez, con el sentido de la multiplicidad dentro de la unidad, pues muchas son las ovejas y uno sólo el pastor, Jesús. Está realizado en madera dorada y policromada al que se le adosa un cordón rematado con borlas de bellota.
El cetro actual, mucho más moderno, está realizado en metal dorado cuya vara está coronada por un círculo formado por una palma, símbolo de martirio y victoria, y rama de olivo con su fruto, símbolo de la sabiduría, de la paz y de la eternidad, iconografía muy acorde con la figura de Jesús. En su centro la figura esculpida de Jesús portando la Cruz. Todo ello aparece rematado por la corona real.
Banda de Cornetas y Tambores :
La actual Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO, comienza a gestarse una vez pasada la Semana Santa del año 1.992, siendo en la última Junta Directiva de dicho mandato cuando se plantea la necesidad de la creación de una banda de la propia Hermandad, ya que las filas de negrillos cada vez eran mas largas y había procesiones en las que las imágenes y los hermanos estaban solos, sobre todo la del Viernes Santo por la mañana en la que, al no tocar la Banda Municipal de Música, la única Banda que nos acompañaba era la de Los Armaos, y la procesión en su conjunto quedaba falta de música y acompañamiento.
En esa misma sesión de la Junta Directiva, última del 1.992, se designan las personas encargadas de iniciar las gestiones necesarias para que esa idea tomara forma.
El primer paso a tomar fue buscar a las personas que quisieran formar parte de la Banda, que tuvieran conocimientos para ello por haber tocado anteriormente en algún otro sitio, pero que no pertenecieran en ese momento a la única Banda existente entonces, la de Los Armaos.
El siguiente paso sería buscar los instrumentos necesarios para empezar a ensayar, y no queriendo embarcar a la Hermandad en ningún gasto por este concepto, se comienza utilizando los antiguos tambores y cornetas que se encontraban en mejor estado de las existentes en la Hermandad, otros son pedidos a la Hermandad de la Virgen de la Soledad o Vera Cruz que utilizaban anteriormente Los Armaos, cuando esta Banda pertenecía a las Hermandades, antes de hacerse independientes como Agrupación de Armaos, y otros, la mayoría, los aportan los mismos miembros de la Banda.
El último paso sería hacer túnicas para los miembros que no las tenían, sobre todo para los que tambores, haciéndose un total de 8 túnicas, con un coste de cada hechura de 2.800 pesetas.
Así arranca a funcionar esta Banda que en el Domingo de Ramos de la Semana Santa del año 1.993 acompaña por primera vez a su Hermandad con un total de 24 componentes, y, posteriormente, año tras año, gracias al esfuerzo y sacrificio de todos los que han sido miembros de esta Banda y de sus familias, a las que le roban tiempo y dedicación, y gracias también a la confianza y apoyo recibidos por parte de todos los Hermanos Mayores que han pasado por esta Hermandad y de los miembros de sus respectivas Juntas Directivas, se ha llegado a consolidar la primitiva idea en una realidad, la BANDA DE CORNETAS Y TAMBORES DE LA HERMANDAD DE NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO, compuesta en la actualidad por 64 miembros, que intentan esforzarse día a día por mejorar, y cuyo principal objetivo es el de trabajar en beneficio de nuestra Hermandad y acompañarla en todos los actos para los que por ésta sea requerida.
FUNDAMENTO
Los miembros de la Banda estarán acogidos en todo a los Estatutos de la Cofradía, aceptados libre y voluntariamente por quienes formalicen su ingreso en la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
De conformidad con lo dispuesto en el Capítulo II, Art. 5 y 8 de los Estatutos de la Cofradía, se desarrollan las siguientes normas básicas de funcionamiento para la banda.
NORMAS BÁSICAS
Artículo 1º. - Los atributos e insignias que porte la Banda serán las tradicionales de nuestra Cofradía y cualquier cambio e innovación deberá ser aprobado por la Junta Directiva y ratificado por la Junta General de Hermanos.
En cualquier caso deberán ser siempre respetuosas con la Iglesia y la sociedad civil.
Artículo 2º. - Como a cualquier Hermano Cofrade, a todos los miembros de la Banda se les exige respeto y devoción en los actos religiosos y en las procesiones, así como un comportamiento cristiano, y de sus actos responderá el Jefe de Banda.
Artículo 3º. - La banda estará compuesta por un número indeterminado de músicos, siendo de cuenta de su Jefe establecer el número adecuado para cada año, siempre teniendo en cuenta los posibles acuerdos que se tomen con otras bandas de la localidad.
Articulo 4º. - La banda estará dirigida por un Jefe o grupo colegiado elegido por sus miembros y ratificado por la Junta Directiva. Será el responsable del buen orden y armonía de todos sus componentes, así como del buen comportamiento en los actos cívico-religiosos en los que actúen.
Artículo 5º. - El Hermano Mayor nombrará un Delegado de Banda que pertenecerá a la Junta Directiva y que actuará como intermediario y portavoz ante el propio Hermano Mayor y su Junta Directiva y a quien se dará cuenta de todos los asuntos relacionados con la banda. Para su nombramiento el Hermano Mayor consultará al/los Jefe/s de Banda.
Articulo 6º. - La banda no podrá abrir cuenta corriente en bancos o cajas de ahorro, solicitar NIF o cualquier otro asunto económico que pudiera suponer independencia económica. Para cualquier asunto económico que fuera necesario (subvenciones, cobro por actuaciones, etc.) la Banda usara la cuenta corriente y el NIF de la Cofradía, sin perjuicio de la autogestión de recursos por su parte.
OBLIGACIONES
Articulo 7º. - Todos los miembros de la banda se inscribirán como Hermanos de la Cofradía, si no lo son con anterioridad.
Artículo 8º. - La Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno tiene prioridad absoluta para actuaciones de la banda, no aceptando ésta ninguna actuación siempre que sea requerida por la Cofradía.
Artículo 9º. - Las actuaciones de la banda en Semana Santa serán siempre con la Túnica morada. En aquellos actos que la Cofradía utilice la túnica, la banda utilizará también la túnica, así como en aquellos actos que sean presididos por la Bandera.
Artículo 10º. - Para actuar fuera de Semana Santa el Jefe de Banda por sí o a través del Delegado de Banda solicitará permiso por escrito al Hermano Mayor, con tiempo suficiente para poder autorizarlo.
Artículo 11º. - Tras cada actuación fuera de la Semana Santa el Jefe de Banda informará por escrito al Hermano Mayor de la actuación, de si ha habido algún incidente, felicitaciones, o cualquier incidencia que se pudiera originar, así como el destino que se ha dado al dinero que hayan podido cobrar por dicha actuación.
DERECHOS
Artículo 12º. - La banda tiene derecho a elegir a su/s Jefe/s por el sistema que internamente se den.
Artículo 13º. - El/los Jefe/s de Banda tendrán autonomía para organizar la banda en cuanto al orden en sus actuaciones y todo cuanto redunde en un mejor y más brillante desfile.
Artículo 14º. - La banda tendrá libertad para actuar fuera de la Semana Santa ateniéndose a lo dispuesto en el artículo 10º y 11º.
Artículo 15º. - La banda dispondrá de autogestión de recursos obtenidos por actuaciones fuera de Semana Santa, ateniéndose a lo dispuesto en el artículo 6º y 11º.
Artículo 16º. - Los miembros de la banda tendrán todos los derechos que como Hermanos Cofrades les corresponden según los Estatutos de la Cofradía, sin que el hecho de pertenecer a la banda se los menoscaben.
Artículo 17º. - Las relaciones de la Banda con la Junta Directiva se atendrán en cualquier caso a lo reglamentado en los Estatutos de la Cofradía y será la Comisión de Garantías Estatutarias la que interpretará estas normas y la que evitará el desvío de los Estatutos.
Igualmente la Comisión de Garantías Estatutarias actuará como mediador en las posibles discrepancias y su decisión será inapelable y de obligado cumplimiento para la Junta Directiva y para la Banda.
Pasos:Ntro. Padre Jesús Nazareno.La liturgia celebra la Resurrección de Cristo en la Vigilia Pascual, momento en el que la Pasión recobra su sentido de Redención. De esta manera reina la luz sobre las tinieblas. Jesús Resucitó a los tres días cumpliéndose así las Sagradas Escrituras.
Como era costumbre, los cuerpos se ungían con esencias para protegerlos, de ahí que las Santas Mujeres se dirigieran al sepulcro con ungüentos o perfumes. Llegadas al lugar, quedaron sorprendidas al ver el sepulcro vacío y un ángel les anunció que Cristo había Resucitado.
Ante esta noticia, María Magdalena fue a anunciarlo a su Madre y los Apóstoles, momento en el que se le apareció Jesús pletórico de vida pronunciando las palabras Noli me tangere, no me toques que aún no he subido a mi Padre.
Este episodio queda representado por Jesús ascendiendo desde el sepulcro abierto ante el asombro de los soldados que lo custodiaban, que caen rendidos al suelo.
La celebración del Domingo de Resurrección comienza con el Aleluya de los Armaos a las 10.30 en la parroquia, y continúa con la función y procesión con las cofradías de Ntra. Sra. de la Soledad o Vera Cruz y Ntro. Padre Jesús Nazareno portando los pasos de Ntra. Sra. de la Soledad y Cristo Resucitado respectivamente.
Carroza Santo Sepulcro:En principio, la urna se soportaba sobre las propias andas que más tarde fueron adaptadas a la carroza actual, dando lugar a una cama sostenida por nuevos balaustres que fueron sustituidos en el año 1.985 por cuatro ángeles, de factura y calidad muy inferior que desmerecen la buena traza del sepulcro y que fueron adquiridos por la cantidad de 200.000 pesetas. De esta manera se elevaba mucho más el sepulcro y se recuperaba la tradición de los ángeles acompañantes del siglo XIX, que durante los primeros años del siglo XX eran ángeles en vivo representados por niños ataviados con atuendo Angélico. En pro de la dignidad que merece el sepulcro, es recomendable la eliminación de estos ángeles de escaso valor artístico y su sustitución por otros elementos más acordes.
La nueva carroza, se construyó con un intento de imitar la composición y materiales del sepulcro. Sus cuatro lados se dividen cuatro y dos paños respectivamente, separados por pseudo columnas muy estilizadas a modo de balaustres pareados. Sus paños se decoran repetitivamente con los elementos de la Pasión: cruz, cáliz, escalera, lanza, hisopo, etc., todo ello rematado por un cornisamento decorado con gotas a imitación de la urna.
La iluminación de andas y carroza ha variado con el paso del tiempo y, así, las andas de 1.909 portaban unos candelabros de gran interés que más tarde fueron sustituidos al pasar a la carroza por cuatro cirios sobre la cama y sendos faroles de estilo neomudéjar.
Del mismo modo, estos faroles volvieron a ser sustituidos por cuatro hachones de cera sobre pie de madera a modo de candelabros, siguiendo un criterio muy acorde y acertado con el paso.
Al mismo tiempo que ha evolucionado la iluminación, el exorno floral también se ha ido transformando con el paso de los años. De la ausencia total de flores en las andas, se ha pasado a un enriquecimiento progresivo que culmina con ese monte de claveles y lirios con los ha sido decorado en los últimos años.
Urna Santo Sepulcro:Urna. En el año 1.909 se decidió adquirir un nuevo sepulcro con sus andas correspondientes que, al igual que las de Ntro. Padre Jesús, fueron realizada por el imaginero Bellido.Por suerte, esta urna no fue destruida en la guerra civil, se salvó gracias a que se conservaba en las cámaras de una casa particular, siendo recuperada para procesionar hasta nuestros días.
Está construida en caoba barnizada y en su hechura neorrenacentista retoma elementos muy cultos procedentes de la trata dística del bajo renacimiento, fundamentalmente de Serlio. Sus lados presentan una composición idéntica formados por molduras mixtilíneas con decoración vegetal en sus ángulos que sirven de marco al cerramiento de cristal. La decoración más interesante se ubica en los vértices formados por volutas con decoración de escamas que se enlazan en su derrame con estilizadas hojas de acanto. Los laterales, entremezclan decoración escamas y decoración vegetal de la que pende un paño que se dispone en ambos lados. Esta ornamentación tiene una honda raíz miguelangelesca.
La parte superior está compuesta con un cierto sentido arquitectónico ya que simula un entablamento en el que la cornisa está decorada con gotas al gusto clásico y, en su centro, aparece una cartela de cueros recortados con un tarjetón muy simple en el que no aparece ninguna decoración. Sus ángulos se rematan en la parte superior con boliches a modo de cráteras.
La tapa, con forma de pirámide truncada, está compuesta por molduras que enmarcan los cristales que la componen. Remata todo el sepulcro, un conjunto de atributos relativos a la Pasión, como es el caso del cáliz, que contiene los tres clavos, corona, lanza y el hisopo.
Como ya se ha dejado traslucir, esta urna posee un componente muy clasicista, que denota la amplia cultura del escultor que, sin lugar a dudas, retomó modelos iconográficos los dibujos de Serlio, dando lugar a una de las mejores pieza que atesora la Semana Santa calzadeña.
No obstante, debemos incidir en la desafortunada intervención llevada a cabo en el año 1.996, en la que, en un intento de restauración, se lija sin ningún tipo de criterio restaurador, desapareciendo las calidades anteriores y ennegreciendo el color natural de la caoba en pro de un intento de simular una mayor vejez.
Por estos motivos, sería conveniente una nueva intervención, siguiendo criterios más acertados y coherentes, que devolviera la urna a su primitivo estado, recuperando su color y, así, definitivamente, se recuperaría el esplendor con el que fue concebido esta pieza.
Imagen Santo Sepulcro:Tal y como podemos apreciar, la imagen está en una posición cúbito supino, con los brazos extendidos, así como las piernas ligeramente flexionadas hasta posar un pie sobre el otro. La escultura posee un buen estudio anatómico marcando los músculos. El cuerpo está cubierto por el paño de pureza, también anudado a la izquierda por un doble cíngulo que deja entrever parte de la cadera. El paño, perfectamente trabajado en planos angulosos, denota un realismo que tiene como base la imaginería del siglo XVII. De las yagas de manos pies y costado brotan pequeños surcos de sangre.
La cabeza, bien trabajada e inclinada hacia la derecha, nos muestra a un hombre de larga melena que cae sobre sus hombros, en los que la gubia incide para resaltar los diferentes mechones que componen su cabello. La barba, partida al modo siríaco, presenta unas características similares.
El rostro, impregnado de una gran dulzura, posee unas perfectas facciones, con cejas bien trabajadas, nariz recta y ojos cerrados en actitud somnolente. El escultor, al igual que ocurría en al Barroco, no ha querido representar al hombre vencido por la muerte, sino que, por el contrario, ha plasmado la imagen de un hombre dormido en espera de ese despertar que será la Resurrección, en definitiva, no es un rostro en el que aparezcan los rasgos de la muerte, sino mas bien un rostro pletórico de vida.
Las carnaciones fueron muy restauradas a mediados de la década de los años ochenta, mediante la cual se limpió el ennegrecimiento producido por la acumulación de polvo, humo de las velas, etc., y se rescató la palidez que primitivamente poseía. La imagen descansa sobre un lecho de ricas telas, ya descritas en el capítulo de bordados, que lamentablemente, por cuestiones de iluminación, han sufrido un gran deterioro.
La Piedad:El Viernes Santo, en la procesión del Santo Entierro que se forma en la sede de la cofradía de Ntro. Padre Jesús Nazareno, situada en el patio de San Francisco, La Piedad ocupa el tercer tramo de la procesión entre el Descendimiento y el Santo Entierro.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Este grupo escultórico representa a Jesús en brazos de su Madre, después del Descendimiento de la cruz. En esta obra, de gran realismo, vemos como María, sentada, sostiene sobre sus piernas el cuerpo muerto de su Hijo.
Este paso recorrió las calles de Calzada por primera vez en mitad de los años 40. Es una talla de escayola, representando los rostros de María y Jesús una gran expresividad y realismo. Para muchos esta obra está considerada como una de las mejores de nuestra Semana Santa debido a los rostros de las dos imágenes que se pueden considerar como de los más logrados en cuanto a lo que representan, por un lado el de María teniendo entre sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo y por otro el de Jesús, ya muerto e impregnados ambos de un gran realismo por la expresión de sus rostros.
El Descendimiento :Además de la Madre de Jesús, tradicionalmente se ha hablado de las tres Marías como protagonistas cercanas a la Pasión de Cristo. Siguiendo el Evangelio de Mateo (c. 28) fueron muchas las mujeres que acompañaron y presenciaron a Jesús en su Vía Dolorosa. La tradición siempre nos habla de las tres Marías que, en todo momento estuvieron al lado de Jesús, desde su proceso, siguiéndolo por la Vía Sacra hasta el mismo monte Calvario donde lo acompañan en su muerte. Tras ésta es depositado en los brazos de su Madre, y ellas también están allí para lavarlo y ungirlo antes de introducirlo en el Sepulcro.
Las tres Marías, entendiendo en nombre de María como sinónimo de mujer, presentan una gran dificultad a la hora de ser identificadas, ya que ninguno de los Evangelistas se pone de acuerdo en el momento de relatarlas.
Mateo se refiere a María Magdalena; María la madre de Santiago el Menor y de José; y la madre de los hijos del Zebedeo (de Santiago el Mayor y de Juan) (Mt. 27,55)
Marcos nos habla de María Magdalena, María la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé. (Mc. 15,40).
Lucas relata mujeres que le habían seguido desde Galilea. (Lc. 23, 49).
Por último, Juan: La Madre de Jesús, la hermana de su Madre; María, mujer de Cleofas y María Magdalena. (Jn. 19,25)
De este modo, a parte de María, su Madre, se confirma la presencia de María Magdalena y de María, madre de Santiago el Menor y de José, quedando la identificación de la tercera mujer un tanto confusa.
Tradicionalmente, la imaginería ha representado a estas mujeres en el momento culmen de la Redención, sea en la Muerte o Descendimiento de Jesús.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
“Este paso es el último que adquirió la Cofradía, realizándose en Olot en 1976, por lo que con respecto a su estado de conservación es el que mejor se encuentra. Este paso de misterio está formado por siete figuras y representa el momento en que Cristo es bajado de la Cruz para posteriormente ser entregado en brazos de su Santísima Madre. Constituye el paso un conjunto monumental debido a las siete figuras que lo componen dando una gran sensación de movimiento y elasticidad plástica.”
(Textos de Fortunato Valencia Camacho)
Cristo del Sagrario:En la tarde del Viernes Santo y después del preceptivo pasacalles, se inicia el desfile procesional en torno a las siete de la tarde.
El primer paso que procesiona es el del Santísimo Cristo del Sagrario. Representa esta imagen a Cristo clavado en la cruz. En torno a la figura de Cristo en la cruz gira todo el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección del Salvador.
Esta imagen procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1940. La imagen, de escayola, fue adquirida en Olot, al igual que otras de esa época. Debido a la precaria situación económica por la que atravesaba la Cofradía fue comprada, aportando la mitad de su coste cada una, por la Cofradía de N.P. Jesús Nazareno y por la del Santísimo Cristo del Sagrario, de ahí el nombre de esta imagen que venía a sustituir a la que tenía esta última Cofradía y que desapareció en 1936.
En 1980 la Cofradía del Santísimo Cristo del Sagrario dona generosa y altruistamente la imagen y la carroza, que también habían adquirido entre las dos Cofradías, a la Cofradía de N.P. Jesús Nazareno, según documento que obra en poder de ambas cofradías, al adquirir la del Cristo del Sagrario otro Cristo y otra carroza nuevos, de madera de nogal, pasando a procesionar ya únicamente en Semana Santa, ya que anteriormente también procesionaba el 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.
Esta imagen posee un gran realismo en todas las facciones de Cristo, yendo Éste clavado sobre cruz cuadrada, llamada también cruz latina.
(Textos de Fortunato Valencia Camacho)
La Verónica:Esta mujer tan singular en la Pasión de Cristo no aparece relatada en ninguno de los Evangelios, ni tampoco en los Apócrifos. Representa a la mujer que, portando un lienzo limpio, enjugó el sudor y la sangre de Cristo, que quedó impresa en él. Este personaje pertenece más bien a la leyenda, instaurándose como tal desde el mundo medieval por ese afán de conocer el rostro de Cristo. De ahí el nombre de Verónica, que procede de la palabra Avero-icono, es decir, Averdadera imagen. Siguiendo la leyenda el paño reprodujo tres veces la cara de Cristo al poseer tres dobleces. Esto podemos entenderlo como una clara alusión a los tres Santos Rostros conservados como reliquia desde el medievo y que se veneran en Roma, Jaén y el perdido de Jerusalén.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
San Juan:San Juan, el discípulo amado, es uno de los personajes secundarios de la Pasión que más ha calado en la devoción popular, de ahí que en la Semana Santa, bien procesione de manera individualizada, caso de Calzada, o bien en paso de palio acompañando a María, tal y como ocurre en muchos lugares de Andalucía.
Siguiendo la tradición, la figura de san Juan de alguna manera estará presente en todo el proceso contra Jesús, fundamentalmente en el momento de su muerte. Desde el mundo medieval siempre se le representa acompañando a la Virgen en ese momento fatal de la Crucifixión, Muerte y Descendimiento de su hijo. En el mundo barroco, sobre todo en el procesionar, se convierte en la figura imprescindible del cortejo. Por estos motivos, San Juan debió procesionar en la Semana Santa de La Calzada de los siglos XVII y XVIII.
Tradicionalmente, San Juan aparece representado con una túnica de color verde sobre la que se dispone un manto o capa de color rojo. Ambos colores vendrían a simbolizar la esperanza de la Redención mediante el amor, aquí representado en la doble vertiente del amor hacia el Maestro y la Redención por amor, manifestado por el color rojo.
La iconografía suele representarlo como un joven mancebo sin barba, por ser el más joven de los Apóstoles. En algunas ocasiones, también se representará con perilla e incipiente barba. A menudo, lleva una palma, que le fue entregada por María para que la portar a delante de su féretro en sus funerales. La imagen actual, es de tamaño natural y fue adquirida en Olot (Gerona) en los talleres del Arte Cristiano, como se puede observar en el sello de la parte posterior del manto. Se trata de una imagen seriada realizada en escayola, policromada.
Representa el momento en el que Juan, levantando su mano, señala a la figura de Jesús, recogiendo su túnica con la otra. Se cubre con manto de color verde atado con un fajín a la cintura, con una decoración de estofado a partir de elementos vegetales. El manto rojo se policroma también con elementos vegetales en color negro.
Su rostro representa al joven discípulo del larga melena y que posee unos rasgos muy dulces e idealizados que rayan en lo femenino. Posee buenas carnaciones, aunque algo deterioradas por el paso del tiempo y el uso.
Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
La Dolorosa:María recibe múltiples advocaciones, siendo las más comunes las de tipo pasional o Mater Dolorosa, en esta ocasión, sólo estudiaremos las advocaciones existentes en Calzada. En este sentido, Calzada cuenta desde antiguo con numerosas in titulaciones marianas, algunas ya desparecidas, como son Ntra. Sra. Santa María del Valle, Ntra. Sra. de los Remedios, Ntra. Sra. del Valverde, Ntra. Sra. de la Candelaria, Ntra. Sra. del Rosario, Divina Pastora, etc., que por no ser imágenes dolorosas no las analizaremos.
Muchas debieron ser las imágenes de Dolorosas con las que contó Calzada a lo largo de su historia, por desgracia destruidas en los numerosos conflictos bélicos. Por ello, y por la desaparición de la documentación, no podemos realizar un análisis estilístico y evolutivo. De ahí que solamente tratemos, por orden cronológico, aquellas que procesionan en la actualidad que, al ser imágenes de posguerra, las englobaremos dentro del estilo denominado como Neobarroco, ya que fundamentalmente intentan emular a las Dolorosas del siglo XVII.
Debemos hacer una clara distinción entre las Doloras castellanas, de rostro dramático y bello, y la dulzura de las andaluzas, connotaciones que poseían nuestras imágenes desaparecidas y que quedarán reflejadas en las que actualmente poseemos.
Nuestra Señora de los Dolores. Su nombre responde a esa tradición medieval que representa a la Madre angustiada por el dolor producido por la Pasión y Muerte de su Hijo, del cual partirán el resto de las in titulaciones. Atribuida su autoría, en principio, al gran escultor Mariano Benlliure, se disipa por la falta de documentación en favor del imaginero valenciano Bellido. Su cara responde a esa estética neobarroca, con un rostro formado por un óvalo de perfectas proporciones con cejas arqueadas, con ojos de mirada introspectiva de los que manan cinco lágrimas, nariz recta, boca entreabierta y suave mentón que le imprimen ese aire de dolor contenido y belleza serena acentuada por sus conseguidas carnaciones.
Sus manos, de intachable factura, portan la corona de espinas como símbolo del dolor y el pañuelo para enjugar sus lágrimas. Sobre su pecho el corazón llameante traspasado por siete puñales como símbolo del amor atravesado por los siete dolores. Su corona ciñe la toca que va sobre el manto negro decorado con hermosos bordados.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Ntro. Padre Jesús Nazareno:Esta imagen debió procesionar ya desde el siglo XVII en la mañana del Viernes Santo acompañada de otras, siguiendo la tradición castellana de sacar todos los pasos procesionales con el fin de rememorar de manera cronológica las diferentes escenas de la Pasión.
Tal y como nos lo demuestra la documentación gráfica conservada, sabemos que la actual imagen de Ntro. Padre Jesús, procesionó por primera vez en la Semana Santa de comienzos de la década de 1.940.
Esta nueva imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno, obra anónima, por sus características formales queda cercana a la obra del valenciano Francisco Pablo que tanto trabajó para nuestra ciudad.
La escultura es de maniquí articulado en la que solamente se talla cabeza, manos y pies. Como imagen de vestir, su atuendo fue, en principio, la antigua túnica conservada, aunque por diversos motivos es sustituida por una nueva, imitando a la anterior, realizada en el año 1.987 para procesionar al año siguiente.
El rostro, está tallado con una cierta dulzura y suavidad, a pesar de remarcar las facciones, pómulos, nariz, etc., para incidir mucho más en el sufrimiento y la debilidad física debido, no sólo al castigo, sino también por el ayuno que Jesús sufrió durante su proceso.
Sus cejas arqueadas unen su ceño con la nariz y su boca entreabierta, que deja ver sus tallados dientes, como síntoma de fatiga. Sus ojos, de cristal, muestran una mirada profunda dirigida hacia el espectador que la contempla como si quiera transmitirle el mensaje de que su Pasión y Muerte están motivada para redimir nuestros pecados.
La barba enfatiza mucho más el aspecto lineal de su rostro para hacer hincapié en su dolor. El pelo natural sirve para marcar aún el realismo propio de estas esculturas que está encaminado a estimular al fiel. Sus manos, bien trabajadas, aunque la mano que soporta la cruz no posee esa capacidad expresiva que requiere la escultura por tener tallados sus dedos unidos entre sí. Los pies, perfectamente trabajados aunque vayan ocultos por la túnica, muestran la tensión propia de la caída y del intento por incorporarse.
Las potencias y la corona de espinas son las mismas que poseía la imagen destruida. En los últimos ha procesionado sin el antiguo fajín, que ha sido sustituido por un cíngulo pendiente del cuello, anudado a la cintura y prolongado hasta los pies y así cumplir la profecía como cordero llevado al matadero.
El Cirineo.
Simón, llamado El cirineo por pertenecer a la región de Cirene, (norte de África), es uno de los personajes más representados en la iconografía pasionista. Venía del campo con sus dos hijos y, al encontrarse con el cortejo que llevaba Jesús hacia el martirio, es obligado a portar la Cruz de Jesús ante su caída por la debilidad de su cuerpo, gesto humano digno de imitar y que es reproducido en esa frase que dice Aque cada uno cargue con su cruz y me siga.
Respecto a la imagen del Cirineo, al ser antigua y adaptarla al nuevo paso, las manos no sostienen la cruz. El artista refleja fielmente la figura corpulenta de un hombre que viene de trabajar sus tierras y es obligado a portar la cruz.
Se trata de una escultura totalmente tallada que lleva una túnica corta siguiendo modelos de aquella época. El rostro, bien trabajado, presenta a un hombre de nariz aguileña, ojos de cristal azules, barbado, boca entreabierta por el esfuerzo y el pelo de color rubio cobrizo está trabajado, al igual que la barba, en grandes mechones en donde la gubia profundiza como si de técnica de trépano se tratara para producir así un gran efectismo de claroscuro y volumetría.
Los brazos y manos muestran a un hombre fornido, al igual que sus piernas, que van calzadas por unas botas de piel a imitación de los modelos de la Antigüedad.
El paso de Ntro. Padre Jesús iba portado en andas, pasando después a la carroza y trono actual.
Desde 1.987 procesionó con una carroza encargada al valenciano D. Miguel Sánchez Cervera, maestro fallero, que con la adquisición del nuevo trono fue readaptado al paso de Cristo Resucitado.
La canastilla se construye según dibujo original de D. Manuel Guzmán y sigue los preceptos del neobarroco. Realizada en madera de caoba preparada para barnizar, con la posibilidad de una posible policromía posterior.
La canastilla es una de las obras más interesantes que procesiona en la provincia Ciudad Real. El barnizado actual no le resta calidad aunque debería ser dorada y policromada para adquirir no solamente la vistosidad, sino también la concepción barroca con la que fue ejecutada, máxime, si tenemos en cuenta que las dos obras anteriores que realizó el artista para hermandades de Calzada están doradas y policromadas.
El trono se compone de un toro o bocel sobre la mesa, en la que descansa la canastilla propiamente dicha. Este bocel está formado por unos listeles sobre los que se talla el toro, ornamentado con una decoración floral entre óvalos calados, y con un pseudocontario.
La canastilla, tanto en planta como en alzado, presenta en todos sus lados la utilización de elementos mixtilíneos a base de entrantes y salientes que la dividen en diversos paños marcados por grandes remates vegetales en las esquinas, poseyendo el central un tarjetón con el relieve que representa a Jesús Nazareno cargado con la cruz.
La base, formada por planos cóncavo-convexos que la dotan de gran movimiento al igual que toda la canastilla, está decorada con molduras que semejan gallones sobre las que se dispone un interesante adorno calado formado por entrelazos y decoración vegetal. Sobre ella dos contarios que remarcan el paño convexo, también calado, con decoración vegetal simétrica en torno a un tondo o tarjetón en los paños laterales y frutos en el frontal y trasero, enmarcada por dos cabezas de angelotes al más puro estilo barroco de las canastillas del siglo XVII.
En su parte superior dos franjas con decoración de sarta de ovas y flechas y hojas de acanto. Composición y decoración basada en láminas de los tratados de arquitectura del bajo renacimiento, sobre todo del libro IV de Serlio. Toda la canastilla está rematada por una crestería formada por decoración vegetal a modo de roleos que parte de una concha central muy estilizada.
En los vértices y centro, tanto laterales como frontal y trasero, se rematan por grandes y hermosas cartelas de cueros recortados, de tradición manierista, exornada con decoración vegetal y coronada por una estilizada hoja de acanto. En su parte inferior aparecen tallados una serie de frutos.
Los faldones son de terciopelo morado con un sencillo remate basándose en flecos de hilo de oro. El buen hacer del maestro queda reflejado en esta canastilla a pesar de carecer de faroles.
Al ir portado sobre ruedas este paso pierde gran parte de su fuerza, así como ve disminuida su belleza con respecto a ser llevado sobre hombros.
El exorno floral con el que procesiona, cumple estrictamente la decoración de un paso de Cristo pues sale a la calle adornado con claveles rojos y, a veces, acompañados por lirios; De este modo, se ha conseguido convertirlo en uno de los pasos más emblemáticos de nuestra Semana Santa.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Jesús Cautivo:Se trata de una imagen de candelero, obra del imaginero madrileño D. Alfredo Lerga, en la que tiene tallada la cabeza, las manos y los pies, talla articulada para poder adoptar múltiples posiciones.
La imagen representa el momento en que Jesús es prendido y maniatado para ser llevado ante el Sanedrín y el Pretorio para ser juzgado.
La imagen de Jesús Cautivo de Calzada de Calatrava representa la figura de un hombre de gran corpulencia, con rostro barbado al modo siríaco, es decir, partida en dos y larga melena trabajada en largos mechones que cae sobre el hombro derecho, debido a la leve inclinación y giro de la cabeza hacia la izquierda; por su rostro se derrama la sangre producida por la corona de espinas, iconografía que retoma las pautas barrocas.
Desde el punto de vista estético, el rostro está trabajado en planos muy duros y angulosos, que marcan la expresión enjuta de un hombre que interiormente presagia su destino; las cejas fruncen el ceño hacia la frente, dándole un carácter de aceptación de su misión; en su nariz aguileña son captados los rasgos físicos del hombre judío, aunque sus ojos entreabiertos, marcados por una tristeza peculiar, denotan una actitud ensimismada de sumisión al Padre que le acercan a la plasmación de ese dolor moral y físico en ese momento de angustia y soledad, ante el abandono y la muerte; la expresión de su boca está caracterizada por ese tratamiento de labios carnosos acentuados por la policromía.
La escultura que hoy contemplamos el Miércoles Santo, por desgracia ha sufrido un proceso degenerativo a lo largo de las distintas restauraciones a las que se ha sometido y que marcan un antes y un después, que nos hacen ver en ella a una misma escultura con dos expresiones totalmente diferentes.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
El borriquillo:
En la mañana del Domingo de Ramos la Cofradía N. P. Jesús Nazareno procesiona portando el paso del Borriquillo.
Entrada triunfal de Jesús, que abre los desfiles procesionales el Domingo de Ramos, en el que se retoma el pasaje bíblico de la entrada el Mesías en Jerusalén formando parte de un multitudinario y jubiloso cortejo. Jesús, sentado en un burro, acompañado de sus discípulos, es aclamado entre vítores. Las personas que lo reciben lanzan sus mantos al suelo para cubrirlo a modo de alfombra.
San Juan nos relata en su Evangelio que la multitud lo recibió con palmas, mientras que el Evangelio Apócrifo de Nicodemo nos lo describe con niños que portaban en sus manos ramos de olivo. De ahí que el día se denomine Domingo de Ramos.
Este modelo iconográfico aparece ya representado en el siglo IV en los sarcófagos cristianos de las catacumbas romanas, modelo retomado más tarde por el arte barroco.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Este paso procesionó por primera vez en la Semana Santa de 1950, siendo adquirido en Olot, en El Arte Cristiano, por el precio de 11.542 pts. Durante toda la década de los 40 se celebraba la procesión con personajes vivientes, ya que una persona representaba a Jesús montado en un pollino.
(Textos de Fortunato Valencia Camacho)
Procesión de Jesús Resucitado:La nueva imagen, que podemos incluirla dentro de ese estilo de posguerra que denominamos Aneobarroco, es una buena escultura tallada en madera, en buena medida, inspirada en la de Siruela. Al igual que la anterior, también corresponde a una imagen articulada para poder llevar a cabo la función del Descendimiento, función que se desarrollará hasta los principios de la década de los años sesenta y que será suprimida tras la celebración del Concilio Vaticano II. Del mismo modo, también desaparecerá la tradición de cubrir al Cristo Yaciente con el sudario.
Tal y como podemos apreciar, la imagen está en una posición cúbito supino, con los brazos extendidos, así como las piernas ligeramente flexionadas hasta posar un pie sobre el otro. La escultura posee un buen estudio anatómico marcando los músculos, aunque no con la precisión que veíamos en la anterior. El cuerpo está cubierto por el paño de pureza, también anudado a la izquierda por un doble cíngulo que, al igual que la anterior, deja entrever parte de la cadera. El paño, perfectamente trabajado en planos angulosos, denota un realismo que tiene como base la imaginería del siglo XVII. De las yagas de manos pies y costado brotan pequeños surcos de sangre que lo hacen menos sanguinolento que el anterior.
La cabeza, bien trabajada e inclinada hacia la derecha, nos muestra a un hombre de larga melena que cae sobre sus hombros, en los que la gubia incide para resaltar los diferentes mechones que componen su cabello. La barba, partida al modo siríaco, presenta unas características similares.
El rostro, impregnado de una gran dulzura, posee unas perfectas facciones, con cejas bien trabajadas, nariz recta y ojos cerrados en actitud somnolente. El escultor, al igual que ocurría en al Barroco, no ha querido representar al hombre vencido por la muerte, sino que, por el contrario, ha plasmado la imagen de un hombre dormido en espera de ese despertar que será la Resurrección, en definitiva, no es un rostro en el que aparezcan los rasgos de la muerte, sino mas bien un rostro pletórico de vida.
Las carnaciones fueron muy restauradas a mediados de la década de los años ochenta, mediante la cual se limpió el ennegrecimiento producido por la acumulación de polvo, humo de las velas, etc., y se rescató la palidez que primitivamente poseía. La imagen descansa sobre un lecho de ricas telas, ya descritas en el capítulo de bordados, que lamentablemente, por cuestiones de iluminación, han sufrido un gran deterioro.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Procesión Santo Entierro:La procesión se forma en la sede de la cofradía situada en el patio de San Francisco encabezada, como es habitual en esta hermandad, por el estandarte y los faroles guía. El primer tramo está configurado por los nazarenos, que a partir de 1.956 sustituyeron la tradicional cruz que portaban sobre sus hombros por una vela encendida, elemento que se actualmente se ha suprimido. Entre ellos, procesiona la banda de la hermandad sin capillo y, tras ella, el paso de Cristo Crucificado, antes Cristo del Sagrario.
El segundo tramo corresponde al paso de misterio del Descendimiento, escoltado por cuatro Armaos; el tercero con el paso de la Piedad, también escoltado, seguido de la banda de los Aarmaos; a continuación la bocina, elemento cuya ubicación dentro del cortejo puede variar; el cuarto tramo corresponde con el Santo Entierro, escoltado por Armaos como símbolo de las tropas romanas que custodian el sepulcro de Jesús.
El quinto y último tramo corresponden con el paso de la Virgen de los Dolores acompañada por mujeres ataviadas con la típica mantilla negra, rosario, escapulario y vela encendida, como elemento imprescindible de la procesión en señal de luto y que, en cierto modo, vienen a desempeñar la función de las plañideras en los rituales funerarios.
Tras el paso de la Virgen, acompaña la autoridad religiosa, seguida de la banda municipal, quedando cerrado el cortejo por la representación de las distintas hermandades que portan sus insignias y la autoridad civil y militar que, por ser la procesión más importante, debe estar acompañada por toda la corporación municipal presidida por el Sr. Alcalde o autoridad invitada de mayor rango; todos ellos con traje negro u oscuro en señal de riguroso luto.
Tratado por todos los Evangelistas de una manera muy escueta, es uno de los momentos más importantes de la Pasión, pues, con la muerte de Cristo y su posterior deposición en el Sepulcro, culminará la Redención del hombre. Esta parquedad evangélica a la hora de narrar el Entierro, crea un vacío en el que se intercalan textos que nos hablan de actos secundarios relacionados con éste y que serán fundamentales ya que, pese a ser secundarios, se representarán plásticamente y se introducirán en el cortejo procesional adquiriendo un papel de primer orden, como es el caso del Descendimiento o la Piedad.
En esta secuencia histórica, es posible distinguir tres momentos fundamentales relacionados con el Entierro: el Descendimiento de Jesús Muerto, la Deposición en brazos de su Madre y, por último, la Sepultura. Una vez muerto Jesús es descendido y llevado a la sepultura (MT. 27,60-61; Mc. 15,46-47; LC. 23,53-55; Jn. 19,40-42).
Frente a la brevedad del relato en los Evangelios Canónicos habrá que recurrir a los testimonios del Seudo Buenaventura para tener una mayor precisión a la hora de estudiar su representación. Su texto nos habla de un cortejo fúnebre y de la sepultura de Jesús, con los mismos personajes que intervienen en los acontecimientos anteriores. El cortejo fúnebre seguiría una disposición jerárquica, de tal forma que estaría encabezado por María, su Madre, seguido de las personas de mayor rango hasta finalizar con la figura de María Magdalena.
En la Semana Santa de Calzada, estos episodios no son representados pues el Entierro se individualiza mediante la figura de Jesús en el féretro o urna. Siguiendo la tradición, se representaría a Jesús en una posición cúbito supino, es decir, boca arriba y con las piernas rígidas levemente flexionadas. Su rostro, por lo general, representa a una figura muerta, que no significa una muerte consumada sino, por el contrario, una muerte llena de vida.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Procesión Ntro. Padre Jesús Nazareno:Tras el pasacalles, la procesión se inicia a la seis de la mañana del Viernes Santo con el sermón de pasión en el Patio de San Francisco y, una vez concluido, se lleva a cabo la subasta de pasos. Finalizados estos preliminares da comienzo la procesión. El único paso que parte del Patio de San Francisco, es el de Ntro. Padre Jesús Nazareno, acompañado por los armaos y su banda de cornetas y tambores, banda de la cofradía y, cerrando el cortejo, banda municipal de música y Hermano Mayor portando la bandera de la cofradía acompañado por los representantes de la autoridad civil y del resto de las cofradías. Tras breve recorrido, dependiendo del itinerario, se predica un nuevo sermón al tiempo que se produce el encuentro de Cristo con la Virgen Dolorosa. Tras él, se constituyen los diversos tramos y el cortejo sigue su discurrir hasta la llegada al Egido de san Sebastián, momento en el se predica el tercer y último sermón y se produce el encuentro de Jesús con san Juan y la Verónica.
Formado el cortejo con sus tramos definitivos, se inicia la procesión propiamente dicha con los pasos de Jesús Nazareno, san Juan, la Verónica y Ntra. Sra. de los Dolores cerrando el cortejo.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Procesión del Silencio:En la noche de MIÉRCOLES SANTO la Cofradía N.P. Jesús Nazareno procesiona portando el paso de Jesús Cautivo con el rezo del Vía Crucis. Esta procesión tiene su origen en el año 1.943 cuando, reunida la Junta Directiva de la Cofradía, se decide que,... a fin de dar la mayor brillantez posible a la Semana Santa y enaltecer al mismo tiempo nuestra Cofradía... se establezca la procesión del Silencio en el Miércoles Santo.
En un principio, ante el paso de esta procesión se apagaban las luces en las calles por las que discurría el cortejo, y salía de la iglesia parroquial el paso de Jesús Caído sin la cruz. Al tratarse una procesión de Vía Crucis, en cada una de sus estaciones se tañía la bocina, se encendía una bengala, y se daba lectura al pasaje correspondiente. Por el peligro que conllevaba la oscuridad, en el año 1.945 se decide utilizar el encendido eléctrico y se canta por primera vez el A Perdón, oh Dios mío!. En el año 1.946 la hermandad decide comprar una nueva imagen,la de Jesús Cautivo, para así seguir de una manera cronológica la narración bíblica, escultura que procesiona hasta nuestros días.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata)
Procesión de las Palmas:En la mañana del Domingo de Ramos la Cofradía N.P. Jesús Nazareno procesiona portando el paso del ABorriquillo. Entrada triunfal de Jesús, que abre los desfiles procesionales el Domingo de Ramos, en el que se retoma el pasaje bíblico de la entrada el Mesías en Jerusalén formando parte de un multitudinario y jubiloso cortejo.
Jesús, sentado en un burro, acompañado de sus discípulos, es aclamado entre vítores. Las personas que lo reciben lanzan sus mantos al suelo para cubrirlo a modo de alfombra.
San Juan nos relata en su Evangelio que la multitud lo recibió con palmas, mientras que el Evangelio Apócrifo de Nicodemo nos lo describe con niños que portaban en sus manos ramos de olivo. De ahí que el día se denomine Domingo de Ramos.
Este modelo iconográfico aparece ya representado en el siglo IV en los sarcófagos cristianos de las catacumbas romanas, modelo retomado más tarde por el arte barroco.
(Textos sacados del libro Calzada Penitente, Pasos, Cofrades y Cofradías, de los autores Enrique Herrera y Juan Zapata).

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